Psic. Enrique López Ambía

El presente es un resumen para no psicólogos de la ponencia del Psicólogo Jorge Castelló Blasco “Análisis del Concepto “Dependencia Emocional”” del año  2000 .

Es muy común confundir los términos “dependencia emocional” y “codependencia”, hay que aclarar que aun cuando se usan popularmente de forma sinónima, no lo son.

La codependencia tiene su origen en las relaciones que están condicionadas por una persona que sufre de adicción a sustancias, ya sea alcoholismo o toxicomanía y en algunos casos por extensión a enfermos crónicos (Castello Blanco, 2000).

En el caso de la dependencia emocional las características de la misma pueden ser similares a las del codependiente, pero la motivación y sostén de la misma, es distinta.

La dependencia emocional es un patrón persistente de necesidades emocionales insatisfechas que se intentan cubrir (…) de forma inadecuada con otras personas” (Castello Blanco, 2000).

Esto significa que el dependiente emocional es incapaz de cubrir por sí mismo las necesidades emocionales de la vida diaria, y requiere de refuerzos o de decisiones externas para poder realizar sus actividades o tomar decisiones que van de lo más trivial a lo más significativo, requiriendo de aprobación o instrucciones de esas otras personas.

Sus características fundamentales son (Castello Blanco, 2000):

  • Necesitan excesivamente de la aprobación de los demás. Esta necesidad es muy grande y genera una preocupación que genera pensamientos recurrentes sobre si es o no aceptado ya sea por comportamiento, apariencia o necesidades de afecto y atención
  • Gustan de relaciones exclusivas y “parasitarias”. La necesidad de la persona (pareja, hijo, madre, amigo, jefe… etcétera) es similar a la de una adicción, lo que puede generar en la otra persona sentimientos de ser absorbido o invadido. Aquí se establecen patrones de comportamiento de acoso, demanda de tiempo y atención. Es importante notar que no se trata de un comportamiento de control o posesión, sino de una necesidad afectiva.
  • Su deseo de tener una relación de pareja es tan grande que idealizan de forma desproporcionada a la misma desde un inicio o ante indicios que no necesariamente tienen sustento.
  • Se involucran en relaciones asimétricas, donde  se subordinan o se ponen por debajo de su pareja. Eligen parejas explotadoras que van degradando al dependiente emocional. Soportan humillaciones, desprecios, no reciben afecto, y pueden sufrir maltrato emocional o físico, y son relegados a un segundo plano, renuncian a sus intereses, orgullo etcétera. Su papel es satisfacer el narcisismo de sus parejas, lo asumen siempre y cuando sirva para preservar la relación.
  • Esta subordinación es un medio, no un fin.
  • Hay una diferencia importante entre los codependientes y abnegados con los dependientes emocionales, en el primer caso se trata de una subordinación altruista, en el caso de los dependientes emocionales se dan para recibir por el anhelo de conservar la relación.
  • Sus relaciones no llenan el vacío emocional que padecen, pero si lo atenúan. Las grandes expectativas de iniciar una relación no se ven cumplidas. Las relaciones que forman suelen ser insatisfactorias y patológicas porque no se produce intercambio recíproco de afecto. Están tan poco acostumbradas a quererse  y a ser queridas que no esperan cariño de su pareja, simplemente se enganchan obsesivamente a ella y persisten en la relación por muy frustrante que esta sea.
  • No conocen lo que demandan, porque nunca lo han disfrutado de forma adecuada: AFECTO.
  • La ruptura les resulta un auténtico trauma, pero sus deseos de tener una relación son tan grandes que una vez  han comenzado a recuperarse buscan otra con el mismo ímpetu. Suelen tener una prolongada historia de rupturas y nuevos intentos.
  • Las rupturas  son tan devastadoras que con frecuencia constituyen el precipitante de episodios depresivos mayores.
  • Poseen una autoestima y un autoconcepto negativo, no coincidente con la realidad.

Los dependientes emocionales tienden a relacionarse con personas que tienen un muy alto autoconcepto de sí mismos, en muchas ocasiones por encima de lo normal. Esta combinación de un mal autoconcepto y baja autoestima se combinan con la posición de superioridad de las parejas que eligen, los lleva a la idealización, lo que provoca un estado de fascinación cuando se encuentran con una persona tremendamente segura de sí misma.

Las personas con  mayor equilibrio emocional  buscan personas similares para establecer relaciones simétricas, pero en las dependientes ocurre lo contrario, creen ver a su salvador en las personas que poseen lo que a ellas les falta: amor propio.

Si identificas en ti estas características es importante trabajar en tu autoestima y autoconcepto. Busca ayuda, ve a terapia psicológica.

Referencias

Castello Blanco, J. (2000). Análisis del concepto “Dependencia emocional”. Primer Congreso Virtual de Psiquiatría.

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