Psicóloga Helena M. Koch Mercheyer

Adelaide, Australia. Abril del 2020

Que tal estimados lectores, hoy me dirijo a ustedes con una amable invitación del Psicólogo Enrique López Ambía para charlar acerca de un tema que sin duda es muy complejo y controversial: El Suicidio.

Empecemos por establecer que todos los seres humanos tenemos, así como salud física y emocional, poseemos también una salud mental y somos los encargados de mantenerla en la mejor situación posible.

Sin embargo, ésta se ve afectada por múltiples circunstancias de nuestra vida cotidiana, todas las experiencias que pasamos durante la vida van dejando sin duda una marca en nuestra psique y en muchas ocasiones nuestra salud mental no es tan buena como debería ser. Las situaciones negativas, las experiencias infantiles, la cultura en la que crecemos, la discriminación, el bullying, el acoso escolar, la violencia doméstica, la violencia emocional, económica o psicológica que vivimos, el pertenecer a grupos vulnerables, el alcohol y otras drogas socialmente aceptables o no, todo ello influye en nuestra psique y vamos cargando diversas situaciones que en algunos momentos de nuestra vida no nos permiten vivir tan plenamente como en otras ocasiones. Es ahí cuando una ayuda para poder mantener nuestra salud mental en una situación adecuada es necesaria, y el apoyo psicológico puede sin duda permitirnos superar estas difíciles circunstancias que afectan nuestra vida.

La salud mental y los problemas y enfermedades mentales, siguen siendo, sin embargo, un tema muy estigmatizado y eso hace que en muchísimas ocasiones la gente no acuda a los profesionales que pueden ayudarles a sobrellevar y superar las situaciones difíciles de su vida. En ocasiones, cuándo estas situaciones se vuelven demasiado grandes para lidiar con ellas y afectan de una manera muy grande nuestras vidas, algunas personas consideran el suicidio como una opción que pueden y deben en algunos casos tomar.

El suicidio, por sí mismo, presenta un gran estigma para muchas personas y eso hace difícil para muchos el saber cómo abordarlo, tanto que en ocasiones prefieren no hablar de ello, esto hace en sí mismo difícil para las personas, el poder acercarse a alguien en busca de ayuda, o poder brindarla. Está en nosotros quitarle el estigma y poder hablar de ello de una manera más habitual, lo cual además puede ayudar a salvar vidas.

Así que: ¿Cómo actuar ante una persona que contempla el suicidio como la única opción, o que hacer o decir cuando nos encontramos frente a una persona que está viviendo una crisis suicida?

Para esto por supuesto existen entrenamientos específicos para aprender que hacer y cómo actuar, y también implica informarnos, prepararnos e involucrarnos y esto nos permite poseer más y mejores herramientas para poder actuar ante una crisis suicida, así como para poder reconocer señales previas que nos den una pauta para saber si una persona puede estar en riesgo de suicidarse.

El suicidio, es una reacción trágica ante pensamientos, emociones, conflictos, y situaciones tan abrumadoras que la persona no encuentra otra solución en su mente que la de acabar con su vida.

Algunos de los signos que nos pueden ayudar a identificar a alguien que tiene pensamientos suicidas (ideación suicida) incluyen lo siguiente:

  1. Hablar acerca del suicidio o de la muerte frecuentemente o preocuparse constantemente por el tema.
  2. Obtener medios para quitarse la vida, por ejemplo: comprar un arma o almacenar pastillas
  3. Aislarse de la sociedad y querer estar solo, cortar líneas de contacto con las personas cercanas
  4. Tener cambios de humor abruptos, como euforia un día y tristeza profunda al día siguiente o durante períodos cortos.
  5. Sentirse atrapado o sin esperanzas a causa de alguna situación
  6. Aumentar el consumo de drogas o bebidas alcohólicas
  7. Cambios en la rutina habitual, incluidos los patrones de alimentación y sueño
  8. Hacer actividades arriesgadas o autodestructivas, como consumir drogas o manejar de manera negligente
  9. Regalar las pertenencias o poner los asuntos personales en orden cuando no hay otra explicación lógica para hacerlo
  10. Despedirse de las personas como si no se las fuera a ver de nuevo
  11. Manifestar cambios de personalidad, sentirse extremadamente ansioso o agitado, deprimido o enojado, particularmente cuando se conjuntan con otros signos de advertencia.

Estos signos son ejemplos de algunos que se presentan con más frecuencia, sin embargo, los signos no siempre son obvios y pueden cambiar de persona a persona, así que estar vigilante ante cambios bruscos de conducta en las personas cercanas a nosotros nos permitirá establecer ciertos parámetros de vigilancia que nos indiquen cuando algo no anda bien.

Ahora bien, en términos generales todos podemos ayudar a alguien que se encuentra en una situación difícil donde está contemplando el suicidio como opción, aquí expongo algunos puntos importantes que todos podemos utilizar, sin dejar de lado que hay que buscar ayuda profesional lo antes posible y que nuestra función en principio solo es para ayudar a esa persona a no actuar y suicidarse cuando está siendo afectada por un momento de crisis. 

Lo más importante es estar ahí con la persona, pero no estar sólo físicamente sino establecer una conexión real, personal y empática.

Escuchar atentamente y dar el tiempo y espacio suficiente para que la persona exprese sus sentimientos y pensamientos, no expresar juicios de opinión, hablar con ellos y ser abiertos y directos sobre lo que nos preocupa.

preguntar directamente si están pensando en el suicidio. Usar la palabra “suicidio” claramente es una herramienta muy valiosa, es importante también el estar preparado para la respuesta y no reaccionar de manera alarmada o enojarse ante su respuesta, lo que los podría llevar a cerrarse automáticamente. Las personas necesitan saber que hay alguien para escucharlos y poder de algún modo “rebotar sus ideas y pensamientos en otra persona” No necesitan consejos ni alguien que les diga que hacer o no hacer. “Necesitan ser escuchados”. Y necesitan abrirse ante alguien, que no los juzgue.

Al mismo tiempo el uso de nuestras palabras y tono de voz son muy importantes, las palabras son muy poderosas, no debemos usar palabras negativas. Debemos tratar de parafrasear lo que nos están diciendo para poder estar seguros de que comprendemos con claridad la información que nos están proporcionando, nuestro lenguaje corporal también debe ser cuidado, para permitirles abrirse a la situación.

Una vez que entendemos lo que está pasando por la mente de la persona que está contemplando el suicidio, debemos tomar en cuenta cuáles son sus razones para desear morir, es importante hacer algunas preguntas abiertas y cerradas para tener la mayor cantidad de información que el interlocutor nos quiera brindar, pero es importante también no forzar a la persona a dar detalles que puedan crearle mayor impacto o exacerbar más aún su estado mental, ni tampoco hablar tanto que no demos oportunidad a dicha persona de expresar sus pensamientos y sentimientos. Lo importante es que dicha persona sea la que expresa todo lo que tenga que decir. Al hacer esto es importante escuchar atentamente tratando de identificar si existen ambivalencias acerca de querer morir, en muchas ocasiones si escuchamos con profundidad y atención podremos ser capaces de escuchar en su discurso cuando existe una parte de ellos que no desea morir.

Es importante también dentro del discurso evaluar el riesgo de inminencia del suicidio, debemos preguntar si existen planes específicos, espacios, momentos, método elegido, lugar, hora, día, si han existido intentos anteriormente, esto puede ayudar a brindar información al profesional a cargo si la persona decide que va a suicidarse al final de nuestra intervención.

Otra información importante es el saber si existe alguien a consideración de la persona suicida que pueda ser un apoyo, este apoyo puede estar dentro de la familia, amigos, sistema médico, apoyo psicológico, psiquiátrico, etcétera.

Si establecemos que existen dudas con respecto a la decisión de la persona de suicidarse o no, el siguiente paso será establecer un plan en conjunto con la persona para mantenerse a salvo hasta poder acceder a recibir ayuda profesional, dentro de éste es importante identificar qué pasos considera la persona que puede llevar a cabo para poder mantenerse a salvo mientras que puede acceder a dicha ayuda. Este plan debe hacerse en conjunto y una vez más no debe crearse por nosotros sino acordado en conjunto. Puede ser cualquier cosa que le brinde tranquilidad o placer; “cenar algo rico, pasear a su perro, salir a correr, hacer ejercicio, tomar un café con un amigo, ver una película, etcétera” esto por supuesto es diferente para cada persona. Es importante que la persona no se quede sola y que busque ayuda profesional para trabajar su crisis a largo plazo y poder encontrar otras soluciones.

En caso de que la persona continúe con su decisión de suicidarse, entonces deberemos reportar la situación al servicio de emergencias local para que se evite el suicidio en lo que la persona puede ser apoyada por un servicio profesional.

Espero que este tema, aunque brevemente tratado les pueda generar la inquietud de investigar más al respecto y poder en un momento determinado estar listos para poder prestar ayuda en un caso de crisis suicida.

Finalmente me gustaría hacer una pequeña reflexión en cuanto lo que las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud indican. El 45% de las personas vamos a presentar en algún momento de nuestras vidas un problema de salud mental y el otro 55% estará en contacto con alguna persona cercana que esté afectada por un problema de salud mental. Cómo vemos la salud mental es inherente al ser humano y es primordial el mantenernos atentos para poder mantener nuestra salud mental en un estado óptimo y poder prevenir en ocasiones el llegar a momentos de crisis. Quitemos de nuestra mente que los Psicólogos y Psiquiatras son solo para las personas enfermas, y así como visitamos al doctor y al dentista para un chequeo y prevención de enfermedades y problemas físicos y dentales, visitemos al psicólogo o psiquiatra para mantenernos en una buena salud mental.

Muchas gracias y Buena Salud Mental para todos.

La psicóloga Helena Koch, trabaja en centros de apoyo a la prevención del suicidio y situaciones de crisis emocional en Adelaide, Australia. Es juez internacional en competencias de Karate, ha representado a México en muchas competencias internacionales.

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